Aletheia, vol. 9, nº18, e009, junio-noviembre 2019. ISSN 1853-3701
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Maestría en Historia y Memoria

Dossier temático:
"A 50 años del Cordobazo: historias, experiencias y sentidos".
Coord. Maria Cristina Tortti y Mora González Canosa

Reproducción del artículo de Juan Carlos Torre, “Una nueva oposición social”, originalmente publicado en la revista Los Libros. Un mes de publicaciones en América Latina, n° 21, agosto 1971

María Cristina Tortti

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales(IdIHCS-CONICET), Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Mora González Canosa

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales(IdIHCS-CONICET), Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Cita recomendada: Tortti, M. C. y González Canosa, M. (2019). Reproducción del artículo de Juan Carlos Torre, “Una nueva oposición social”, originalmente publicado en la revista Los Libros. Un mes de publicaciones en América Latina, n° 21, agosto 1971. Aletheia, 9(18), e009. https://doi.org/10.24215/18533701e009

A continuación, reproducimos el artículo publicado en agosto de 1971 por Juan Carlos Torre en la revista Los Libros. Un mes de publicaciones en América Latina1. Ello nos permite incorporar al dossier un trabajo escrito en la época, la mirada sobre los hechos de Córdoba de una de las publicaciones político-culturales más importantes del período y el análisis de un reconocido investigador que continuó realizando significativos aportes sobre el tema2. En “Una nueva oposición social”, Torre ve en la protesta del 69´ un acontecimiento “abierto” al que, posteriormente, la movilización obrera habría dado un novedoso perfil anticapitalista. Sin embargo, advierte que el devenir de esa ruptura en la cultura obrera -sus posibilidades de expansión- era aún incierto. Llamaba así la atención sobre la asincronía existente entre lo “nuevo” del acontecimiento cordobés y la persistencia, a nivel nacional, de la irresuelta cuestión del peronismo.




UNA NUEVA OPOSICIÓN SOCIAL por Juan Carlos Torre

La revuelta colectiva que estalla en Córdoba en mayo de 1969 es una reacción contra una coyuntura en la que se combina un proyecto de racionalización económica capitalista y un poder fundado en el autoritarismo político y señala el nacimiento de una oposición social.

Ubicado en el encuentro entre la crisis de una sociedad urbana e industrial y la afirmación de una sociedad capitalista, el cordobazo no podía escapar a la dialéctica que anima el surgimiento de los movimientos sociales: su práctica se proyectó más allá de sus ideas. Mejor dicho, en Córdoba, la disociación que se produce entre los comportamientos y la representación que se dan de ellos los protagonistas de una transición en las luchas sociales se manifestó dramáticamente en la explosión de una violencia sin consignas. Porque la violencia en el cordobazo no sólo es una respuesta a un poder autoritario y un rechazo a la presión como arma del combate social. Su estallido revela al mismo tiempo el drama de una oposición social que aparece en el momento en que las tensiones provocadas por las desigualdades sociales y los obstáculos a la participación política son desplazadas por los conflictos desencadenados alrededor de una lucha de clases. Negándose a nombrar el nuevo escenario en el que se instalaba la práctica política con los símbolos del pasado, pero careciendo todavía de un discurso propio que iluminara la originalidad que introducían en las luchas sociales, los actores del cordobazo llenaron ese vacío ejerciendo una violencia anónima y virtual.

Movimiento expresivo, en el que el gesto domina sobre la palabra, el cordobazo se transforma así en un acontecimiento abierto. Inicialmente se ha intentado despejar su significado no viendo en él más que la prolongación directa de los movimientos populares contra la opresión social y la postergación económica. De este modo, el cordobazo se convierte en un capítulo del antagonismo épico entre dominantes y dominados y sus protagonistas se confunden con los montoneros y los descamisados en la reivindicación de la libertad y de la justicia. Pero la exaltación de un mismo espíritu revolucionario no debe ocultar la modificación operada en los actores, en los objetivos y los conflictos.

La movilización obrera que sucede al cordobazo fue dando progresivamente un perfil al rostro difuso de la revuelta y un programa a su discurso ausente. El resumen de esta creación colectiva hoy se encuentra representado en SITRAC-SITRAM y redefine los términos clásicos dentro de los que se ha planteado a lucha social en la Argentina. Frente a una historia escrita en nombre del pueblo por la conquista de la justicia social y la participación política, los sindicatos “clasistas” surgidos del cordobazo intentan inaugurar otra, la que tiene por eje el cuestionamiento de la explotación capitalista y el control obrero sobre el desarrollo social. Es a partir de este cambio en la identidad de los actores y en los principios que animan su lucha que se ha propuesto, más recientemente, una interpretación que considera al cordobazo ya no una continuidad sino el signo de una verdadera ruptura.

Pero, sin con ello3 se recupera la novedad introducida por la movilización obrera, sería, sin embargo, erróneo entender a esta ruptura como el despertar de una conciencia de clase siempre in nuce. La conciencia anti-capitalista no es un atributo inmanente a la condición obrera, que puede ser sofocado por los aparatos burocráticos o las ideologías burguesas, y que aguarde la convocatoria de una voluntad lúcida para manifestarse. Por el contrario, la conciencia de clase se constituye en el interior de un conflicto entre clases, es decir, un conflicto en el que los obreros enfrentan a un adversario sobre el terreno organizado por la presencia de un poder capitalista. En términos más generales, la conciencia a través de la cual se articula un movimiento social no puede definirse independientemente del contra-movimiento al que se opone. Las consignas socialistas de SITRAC-SITRAM son, desde esta perspectiva, la respuesta del mundo del trabajo a la racionalización capitalista que Krieger Vasena consagrara como política económica de la Revolución Argentina.

Que el desarrollo del capitalismo en la sociedad argentina ha alcanzado un grado avanzado es indiscutible: de lo contrario no hubiera sido concebible la gravitación política del proyecto económico propuesto por Krieger Vasena y administrado por sus continuadores vergonzantes. Pero sus posibilidades para hegemonizar la conducción del Estado y su capacidad para provocar una ruptura en las luchas sociales generalizando las condiciones de un conflicto de clases, son aún limitadas. La aventura transformista abierta por el Gran Acuerdo Nacional a la vez que indica que el proceso social iniciado en 1945 sigue sin resolverse, marca el tiempo histórico dentro del que se inserta la lucha de SITRAC-SITRAM. La nueva oposición social surgida del cordobazo anticipa un porvenir, no es todavía el centro de la historia política inmediata.

Notas

1 Es posible acceder a todos los ejemplares completos de Los Libros a través del portal América Lee organizado por el CEDINCI: http://americalee.cedinci.org/portfolio-items/los-libros/
2 Destacamos especialmente su artículo “A partir del Cordobazo”, publicado en Estudios nº 4, 1994, a raíz del 25 aniversario de la gesta cordobesa.
3 Nota del propio autor para la presente reproducción: donde dice “Pero sin con ello”, debería decir “Pero si con ello”.

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